Dejar de fumar sin caer en otras trampas

Cada año, 70 de cada 100 fumadores quieren dejar de serlo, pero sólo 10 de los que lo intentan lo consiguen.

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No hay duda: olvidarse de una vez por todas y para siempre del tabaco es un reto muy duro que sólo se puede lograr con una sólida fuerza de voluntad. Sin embargo, no es sólo por el temor a no ser capaces de vencer el síndrome de abstinencia por lo que muchos adict@s a la nicotina no se deciden a abandonar el cigarrillo: tienen miedo, sobre todo, a engordar. Pero, ¿es cierta esa creencia de que «dejar de fumar engorda»?

Asalto a la nevera.

Lamentablemente, dicha creencia suele ser una realidad en muchos casos. En los primeros meses después de dejar de fumar es fácil ganar entre un kilo y un kilo y medio, y el peso puede ir aumentando si la persona no es plenamente consciente de los riesgos que ello supone para su salud y no hace nada para evitarlos.

Para hallar los motivos de este fenómeno hay que preguntarse que hacen los nuevos ex-fumadores para superar la ansiedad que supone luchar contra esta dependencia física y psicológica. La respuesta es fácil: recurren a la comida en sustitución del tabaco.

  • Comen más cantidad de lo habitual en las diferentes comidas del día y recurren al picoteo más repetidamente. La ingesta de calorías llega a ser muy elevada, y la energía que no se quema se acumula en forma de grasa = kilos de más.
  • Además, «pican» entre horas alimentos normalmente muy calóricos, ricos en azúcar, sal y grasas perjudiciales (caramelos, bollos, chocolatinas, aperitivos fritos…) que les distraen, les aporta un sabor agradable en la boca y les mantiene con las manos ocupadas, con lo que olvidan las ganas de fumar, especialmente en momentos de nerviosismo, cuando están ociosos o en situaciones en las que antes siempre solían echar mano de la cajetilla.
«Es peligroso combatir la ansiedad con una alimentación desequilibrada».

Más riesgo cardiovascular.

No es difícil comprender que las consecuencias de estos nuevos «vicios» alimentarios, que se convierten en dependencias psicológicas, acarreen un significativo aumento de peso a medio y largo plazo si no se les pone freno en cuanto comienzan a ser hábitos demasiado recurrentes.

No nos engañemos, es cierto que abandonar el tabaco significa dar portazo a uno de los riesgos más importantes para las enfermedades cardiovasculares (colesterol o hipertensión), pero comer compulsivamente y abusando de alimentos nada saludables conduce a otros peligros para el corazón que se asocian al sobrepeso o la obesidad: hay más riesgo de diabetes.

«Comer más, llevar una dieta rica en sal, grasas y azúcar aumenta el riesgo para el corazón».

Déjate ayudar & lo lograrás.

Si fumas y has tomado seriamente la determinación de dejarlo, lo mejor es que te pongas en manos de tu médico de familia o un especialista en terapias específicas para abandonar el tabaco. Te prescribirán el tratamiento más adecuado para frenar el síndrome de abstinencia y evitar las recaídas.

Al mismo tiempo, pide consejo a tu dietista para que te oriente y diseñe la dieta más adecuada a tus necesidades a partir de ese momento, te ayudará a controlar tu peso y, si es necesario, llevará un seguimiento de tus niveles de glucosa, colesterol, triglicéridos, presión arterial y otras variables, para tenerlas bajo control.

«Comprométete con tu salud. El apoyo de un profesional puede multiplicar por diez tus posibilidades de dejar el tabaco, pero sólo lo conseguirás si te mantienes firme en ese importante compromiso con tu salud».

Gánale el pulso al síndrome de abstinencia.

  • Relájate controlando la respiración: inspira y espira profundamente tres veces seguidas llenado el abdomen. Las técnicas del yoga son muy eficaces.
  • Los primeros días puedes tener insomnio o nerviosismo. Evita el café y otras bebidas con cafeína. Sustitúyelas por infusiones de tila, melisa o valeriana. También puedes aplicarte unas gotas de aceite esencial de lavanda en  en baño o en la almohada.
  • Si tienes hambre entre horas y te apetece algo dulce, mastica chicle sin azúcar. Como tentempié, opta por alimentos bajos en calorías: un yogur desnatado, un mini sandwich de pavo, unos crudités de verduras con salsa de yogur desnatado, una pieza de fruta entera. Bebe mucha agua e infusiones sin azúcar, la hidratación es fundamental para eliminar toxinas.
  • Es normal tener dificultad para concentrarse y estar más apátic@. Por ello, no te exijas un alto rendimiento en un par de semanas y descansa más. Y no pierdas horas de sueño.
  • Plantéate un plan regular de ejercicio ¡y cúmplelo! Estar activo todos los días también contribuye a aliviar la ansiedad y previene que aumentes de peso.
  • Lo recomendable es que tu dietista te organice una alimentación personalizada que cubra tus necesidades, bien distribuida para que no pases hambre y no se genere más ansiedad, la refuerce con alimentos que te nutran pero no te hagan subir de peso. Un profesional sabe elegir los alimentos que te ayudarán a superar la ansiedad de la forma más equilibrada y saludable.
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Tu Dietista Mari Carmen Ramírez
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