Hace mucho tiempo que tenía ganas de escribir un post sobre las comparativas y análisis de alimentos y de paso desmentir un mito que ronda en torno al plátano. ¿Engorda? NO, y te lo voy a demostrar.
No son pocos los compañeros que han escrito alguna crítica acerca de la bollería industrial y las galletas pero yo tenía esa espinita y vamos a cubrir esa carencia nutricional desahogándonos a gusto. Y sí, bollería, porque aparentemente unas «inocentes galletas«, esas que les damos a los peques para la media mañana, la media tarde, ponemos en cantidades industriales como base en tartas de cumpleaños, nos cuelan en el desayuno y las meriendas en los hospitales, y que creemos tan «buenas» no lo son tanto y menos si existe un abuso (en la mayoría de los casos).
Bajo esa apariencia de inocentes no debemos confiar en ellas tan a la ligera, la mayoría están cargadas de grasas, azúcares y/o llevan sal, son bombas calóricas con nombre de mujer «María» y apellidos «integrales», estas son las que vamos a analizar.
Las galletas integrales o las que se anuncian sin azúcares aptas para diabéticos suelen confundirnos. Al llevar este etiquetado el consumidor piensa que son poco calóricas y sí son saludables, al final se acaba abusando de su consumo.
Ni que decir de las galletas rellenas, recubiertas, glaseadas, con pepitas de chocolate, etc. Ni las caseras a menos que la receta sea baja en grasas, baja en azúcar o con edulcorantes sin calorías como la stevia y elaboradas con harinas integrales, de lo contrario estaremos usando las mismas estrategias e ingredientes que usa la industria alimentaria y que no deja de ser bollería en cualquier caso.
De la sal que llevan casi nadie habla porque no lo saben, la cantidad de sal que se le añade a los dulces es insignificante en comparación con otros ingredientes mayoritarios, pero personalmente he llegado a comer galletas en las que los granos de sal al catar eran muy manifiestos, en la mayoría de las ocasiones la cantidad de sal añadida pasa desapercibida, si te fijas en el etiquetado te darás cuenta de que se les ha ido la mano con el salero. Lee siempre el etiquetado nutricional:
Un problema añadido para las personas hipertensas, con patologías cardíacas, cardiovasculares o renales ya que ni imaginan el daño que les puede ocasionar, y les afectará tanto o más que el exceso de azúcar que está directamente relacionado con la obesidad, los malos hábitos alimenticios o la tensión arterial. La función de la sal es potenciar el sabor dulce al hacer contraste de sabores, cosa que nos puede crear más satisfacción al comerlas y originar más adicción a la ya añadida al dulce.
Pero, ¿por qué nos gusta tanto el dulce?
La respuesta está en nuestros genes. Históricamente el dulce se asoció con comidas saludables, mientras que los sabores amargos se relacionaban con lo tóxico. Nuestros antepasados solo podían distinguir entre un alimento y un veneno o alimento en mal estado dependiendo de si era dulce o amargo, y así se habituó al cerebro a decantarse por lo dulce en una lucha por la superviviencia y el mantenimiento de la salud.
Se relacionan los sabores con la saciedad y la ingesta calórica de los humanos. El gusto por los alimentos y bebidas mucho más dulces, mucho más pronunciado cuando somos niños y adolescentes, puede estar relacionado con la evolución, ya que lo dulce provee a los menores de la energía que requieren para su crecimiento. Pero llegados a la adolescencia incluso antes, cuando decrece la intensidad del desarrollo corporal, esta preferencia debe ir disminuyendo.
Y digo debe porque lo lógico biológicamente hablando es que vaya disminuyendo esta preferencia, pero se hace difícil estando tan saturados de alimentos azucarados cuando vamos a la compra o ante el bombardeo continuo a través de la publicidad, nos crean una necesidad o «antojo» innecesarios.
Con los años los normal es que los adultos dejen de preferir alimentos dulces y disfruten con sabores más complejos incluso amargos (café, cerveza). Decantarse por alimentos dulces es normal, pero debemos elegirlos de forma responsable y saludable como lo son nuestros protagonistas hoy: los plátanos.
El mundo de la inocente & dulce galletita. Cookie-Monólogo.
La dulce María estaba tan triste y sola en este mundo que la industria alimentaria creo versiones de ella para uso y disfrute y que no se sintiera aislada en el paraíso galletil. Primero fue la doradita, María estaba tan blanquita que pasó de moda, ahora se estilaban las galletas doradas al horno y untadas con exóticos aceites de coco y palma.- ¿Recordáis aquel mostruo azul que batía el record guinness comiendo galletas? ¡¡Un auténtico crack-cookie!!
- Más tarde llegó la moda de los dúos rellenos, ya María no estaba tan sola, tenía una «pareja de hecho» muy unida a ella gracias al consistente relleno que se agarra a las paredes de los vasos sanguíneos y al corazón con la misma fuerza que une a la galletuda pareja.
- Poco tiempo después aparecen las famosas Oreo, la globalización hace que unas galletas americanizadas de color exótico y extraño aterricen para cantar María al más puro estilo Ricky Martín.
- Intensos fueron los líos con las galletas bañadas en chocolate, luego doble chocolate, triple… Y un relleno que no es ni galleta, es probable que la susodicha cambiara de residencia por estrés y nervios causados por tanta teobromina, desaparece la galleta con tanto baño y solo quedan capas de chocolate que ya te da igual porque en la «búsqueda de la galleta perdida» agotaste tus fuerzas en vano.
- Y las decoradas, ¡¡ohh!! esas si que molan, son las que acaban de salir de la peluquería, chapa y pintura para las celebraciones con más clase: bodas, bautizos y comuniones. 😉
- Galletas de la suerte… Los orientales y su filosofía de escribir mensajes mal traducidos en un papel minúsculo que introducen en una galleta que nadie se come pero que todo el mundo comenta.
Las últimas en caer en el saco son las galletas para dietas, gente de gym = gente fit & Co., éstas en la misma (NO) línea que las anteriores, muy atractivas, muy estilizadas ellas, con frutas añadidas cual abalorios para captar tu atención, fibra dietética decían… Y resulta que tienen el mismo problema, que al hacer abdominales «crack» rotas, la baja forma física les juega una mala pasada abdominal, cervical y lumbar.
Amamos a las galletas & tememos a un plátano.
Las creencias erróneas las ha fomentado la industria azucarera por un lado y la culturilla popular por otro.
Desde que tengo uso de razón recuerdo siempre un paquete de galletas en casa, uno de mis abuelos (paterno) siempre tenía en casa dulces para los nietos, recuerdo claramente el «Phoskitos» y lo que me gustaba (tristemente); en casa mis abuelos maternos las galletas o «bolachas» como las llamaba mi abuelo, un hombre humilde y trabajador del mar que había pasado parte de su vida trabajando en los galeones portugueses y de ahí la traducción de galleta ⇒ bolacha. Entonces eran muchos los hombres y mujeres que migaban pan duro en el café, a mi abuelo le fascinaban las «bolachas migadas».
Estos dulces estaban al alcance de unos niños porque la industria alimentaria los vendía y los vende como «momentos de las horas felices» que cubren una necesidad energética en el crecimiento, nos hemos acostumbrado a que esto es lo normal.
Con esto quiero llegar a la conclusión de que los hábitos y el ejemplo de los adultos repercuten seriamente en los hábitos de la infancia, cambiando nosotros «ahora» les daremos a nuestros pequeños su mejor arma para el futuro y para el resto de su vida: el ejemplo de una nutrición equilibrada y estrategias contra la obesidad infantil.
En cambio escucho a muchas personas decir que el plátano engorda y lo eliminan de su alimentación, ¿galletas sí y plátanos no? Hay algo que no cuadra. ¿Acaso alguien se comió un plátano y le salió un michelín al momento? ¿En que se basan para decir que el plátano engorda? Nada más y nada menos que el la cultura errónea popular, se basan en la proporción de azúcar contenida con respecto a otras frutas, que por cierto no es nada desmesurada si lo comparamos con bollería industrial, en este caso con galletas (faltaría más con el desglose galletil que os estoy dando) para que observéis la gran diferencia entre los nutrientes y el tamaño de la ración.
Colaciones saludables. Los 10 mandamientos de la fruta.
Me he desglosado con las galletas, llegó la hora de hacerle homenaje y amén a las frutas. Para cualquier dietista la fruta es el aperitivo/breack más sagrado. Tanto es así que:
- Amarás a la fruta sobre todas las cosas.
- No tomarás zumos de fruta en vano, mejor recién exprimido para disfrutar de sus vitaminas.
- Santificarás la macedonia y será el postre de tus fiestas.
- Honrarás a tu padre y a tu madre siempre que no te hayan disfrazado de fruta en la infancia creándote un trauma. Serás un honorable «hij@ de las frutas».
- No pelarás la fruta, la lavarás y te la comerás con piel.
- No cometerás actos impuros, con la comida no se juega ¡hombre ya!
- No robarás fruta en el campo del vecino, él trabaja duro para conseguir precios ridículos que se disparan en el mercado gracias a los intermediarios.
- No mentirás a tus hijos diciendo que ese zumo de brick lleva fruta.
- No a los pensamientos y deseos impuros, eso de otorgar a las frutas formas corporales se va a acabar.
- No codiciarás las frutas ajenas, aquí no voy a entrar en detalles, cada uno que lo aplique a su ámbito y que vuele la imaginación. 😉
Come fruta entera con sus consecuencias y vitaminas, como la tomó Adán & Eva #ComoDiosManda!!
Galletas & plátanos al desnudo. Valor nutricional.
Por fin llegamos al ansiado análisis nutricional. Tabla comparativa:
Comentarios nutricionales.
- He tomado como alimento de partida el plátano para calcular los gramos de galletas equivalentes en calorías, salían 4,7 galletas en equivalente a 110gr de plátano, he tomado 5 galletas para la valoración, no iba a partir una galleta.
- Volumen. El plátano es una pieza mediana que pesaba 180gr con piel = 110gr sin piel. 5 galletas equivalen a 3 veces menos en volumen de alimento, para sentirnos saciados proporcionalmente igual que con un plátano tendríamos que comer 3 veces más galletas con lo que número de calorías, grasas y azúcares se incrementaría bastante.
- Con el resto de macronutrientes pasa exactamente lo mismo. Las galletas contienen por 100gr más cantidad de grasas, hidratos de carbono y proteínas.
- Esta pieza de plátano contiene prácticamente la misma fibra que 100gr de galletas, una cantidad de fibra muy superior a la contenida en una simple ración de 5 galletas.
- En cuanto a los minerales, el sodio es mucho más abundante en las galletas con lo que los hipertensos, las personas con patologías cardiovasculares o renales deben prestar atención y limitar su consumo.
- Los minerales potasio y magnesio son más abundantes en el plátano, este dato nos interesa ya que son dos elementos que cumplen funciones biológicas importantes en el organismo.
En este caso el tamaño ¡¡SÍ IMPORTA!!
Puestos a elegir, quédate con el plátano. 😉
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